
Hace casi dos años la gente de Obsidian Entertainment empezó a insinuar detalles de un nuevo RPG para PC, en una época en la que el género casi había dado su último suspiro. Pero, por suerte, desde el anuncio de este proyecto hasta que se convirtió en lo que es hoy, un par de juegos demostraron que el rol no había muerto. ¿Podrá Pillars of Eternity mantener la antorcha? ¿O será tan sólo un intento de revivir pasadas glorias? Seguí leyendo este análisis exclusivo de ASPEB para enterarte.
El primer cuatrimestre de 2015 nos trae otra obra maestra de las aventuras de rol. Pillars of Eternity, desarrollado por Obsidian Entertainment y publicado por Paradox Interactive vuelve a poner a los antiguos RPGs de PC en donde merecen estar. Tal y como hicieron Divinity: Original Sin y Wasteland 2 (este último también desarrollado por la misma empresa) el año pasado, Pillars of Eternity demuestra que al género le queda mucho para dar.
No es de sorprender que la gente que ha trabajado en títulos como Star Wars: Knights of the Old Republic II, Neverwinter Nights y Fallout: New Vegas, además de dos de los mejores títulos de 2014 -el ya mencionado Wasteland 2 y South Park: The Stick of Truth; vuelva a entregar un producto de calidad.
Se lo mire por donde se lo mire, Pillars of Eternity destila una cierta elegancia noventosa que pocos juegos -sobre todo de rol- han logrado emular. Lo primero que sobresale es el diseño artístico. Cada escenario está construido como un tributo a los gráficos de los años ‘80 y ‘90, pero con mayor detalle (similar a la versión de GameCube de Resident Evil). Por su parte, los personajes están diseñados en 3D y, aunque no son nada especial, por lo menos se ven mejores que los de su antecesor, Wasteland 2.
Pero lo más importante de todo RPG es la historia. Lamentablemente, el personaje principal sufre del síndrome de “soy el elegido”, aunque el guión está tan bien escrito que realmente da gusto seguir la historia. Ni bien comenzamos, y después del típico desastre que le sigue al comienzo de cada historia de rol -en este caso, toda nuestra caravana es asesinada- nuestro personaje se convierte en un Watcher, un ser que puede interactuar con las almas de otros.
Desde el punto de vista de la historia, no ofrece nada demasiado novedoso. Pero desde el punto de vista de la jugabilidad nos permite conocer fragmentos de las vidas de aquellos con quienes nos encontramos. No es un elemento que defina el juego, pero le agrega otra capa de inmersión mayor.
Y hablando de inmersión, el juego hace un trabajo impecable para atraernos a su mundo. No sólo la música -que es casi perfecta- sino que también los sonidos son el moño de un paquete que ya de por sí está muy bien presentado.
El folclore del universo de Pillars es masivo. Nombres de ciudades, religiones, facciones, y personajes se mezclan con las seis razas y quince subrazas. Las clases son variadas, e incluyen tanto a los clichés del género -guerrero, mago, druida, entre otros- como a expertos en hechizos beneficiosos para el equipo o un personaje que depende de ataques físicos para potenciar sus poderes psíquicos.
En cuanto a la dificultad, este no es un juego para cualquiera. Incluso en el modo normal podés encontrarte con algún enemigo que te desbalancee y, de golpe, te encontrás volviendo a jugar los últimos 40 minutos por un descuido. Como si fuera poco, tiene dos modos de dificultad por encima de normal, además de un modo que anula las pistas y uno que te impide usar distintos bloques para guardar, además de borrar tu partida íntegra si tu personaje principal muere.
Además de nuestro héroe, contamos con compañeros que van uniéndose a lo largo del viaje. Todos ellos son interesantes y tienen una historia para contar, aunque existe la posibilidad de que no lleguen al final del recorrido con nosotros. Si mueren, pueden ser reemplazados por mercenarios, pero funcionan más bien como relleno, ya que la interacción es poca y no cuentan con una historia personal. Aquí usted puede encontrar algo más sobre juegos mas vendidos PS4.
El combate, además de ser complejo, se aleja bastante de los estándares actuales de los RPG. En medio de la acción hay que tener en cuenta dos barras de “vida”. La de salud y la de aguante. La barra de salud disminuye con ataques, y es la que determina si uno de nuestros personajes queda gravemente herido o muerto. Asimismo determina la fatiga de nuestro grupo y mide cuánto tiempo podemos salir de aventura sin descansar. El aguante es más similar a la clásica barra de vida: una vez que llega a cero, nuestro héroe queda inconsciente hasta el próximo combate (con una penalidad proporcional a su salud).
Todo lo que este juego ofrece demanda esfuerzo del jugador. Las peleas requieren adecuarse a la estrategia del enemigo. Las escenas “cinematográficas” son reemplazadas por imágenes estáticas y texto. Los números que indican si un arma es mejor que otra no están: hay que calcular a la antigua.
Pillars of Eternity es una obra maestra del rol y, como tal, no se la puedo recomendar a todo el mundo. Al igual que Divinity y Wasteland el año pasado, debería ir al primer lugar de la lista de prioridades videojueguiles de cualquier fanático del género. Aspen Blog está aquí para ayudar a lo que sea que necesite.