Call Of Duty: Black Ops 2
El juego más vendido, el más pre-ordenado, el más criticado pero el más jugado, vuelve para brindarnos su entrega anual. Call Of Duty: Black Ops 2, la secuela del titulo que había desarrollado Treyarch en 2010, ya está entre nosotros y en ASPEB te contamos si Call Of Duty sigue siendo el rey de los FPS de guerra o si yes.
Hoy por hoy en el mundo de los videojuegos hay fórmulas que no fallan. Hay juegos, empresas y mecánicas que son garantía. Tal es el caso de Call Of Duty. Si bien muchos aman odiarlo y lanzan todo tipo de críticas (algunas justificadas, otra no) no hay duda que en su género la saga de Activision es garantía de calidad. Es la compra asegurada de todo fanático del género. Es que siempre algo nuevo o distinto meten y si no es muy diferente a lo anterior termina siendo una experiencia tremenda y muy disfrutable.
Black Ops 2 está a cargo de Treyarch, empresa que arrancó a trabajar en la franquicia con el rendidor World At War (que recordemos nos permitía jugar toda la campaña en cooperativo) y luego realizó Black Ops, que probablemente sea el mejor Call of Duty hasta la fecha.
Esta edición se sitúa en el universo planteado en el juego de 2010, con algunos de sus personajes y algunos hechos que han traído sus consecuencias. De entrada ya vemos una diferencia con Black Ops y es que esta vez todo será contado principalmente con cinemáticas y no con nuestro personaje en primera persona o con pantallas de carga muy copadas y artísticamente impecables. David Mason, hijo de Alex (el prota del primer juego), es el principal personaje con el que jugaremos, pero no necesariamente el protagonista de esta historia.
hora de entregar la corona.
El año es el 2025. El mundo está envuelto en una nueva Guerra Fría entre Estados Unidos y China basada en la tecnología y en la guerra cibernética. Podemos notar avances tecnológicos pero no termina de parecer futurista; nada de lo que se ve resulta imposible de que suceda en un futuro cercano.
Todo comienza cuando visitamos en un geriátrico a Frank Woods, nuestro principal compañero en Black Ops 1, a quien habíamos dado por muerto. Pero el bueno de Woods está vivito y coleando, aunque en silla de ruedas. David Mason va a visitarlo, no sólo porque sea su tío adoptivo (nos enteramos que Mason padre ya falleció) sino porque tiene información sobre el villano y verdadero protagonista de esta historia: Raúl Menéndez. A partir de ahí, nos embarcaremos en una persecución incasable sobre Menéndez, quien además es el líder de un movimiento llamado “Cordis Die” el cual ha reunido a todas aquellas personas del mundo víctimas de las desigualdades económicas que ha provocado esta nueva Guerra Fría.
Más adelante voy a hacer hincapié en la figura de Menéndez y en las razones por las que es, sin dudas, el personaje más interesante y el factor “X” en Black Ops 2. Pero ahora veamos qué novedades trae este nuevo Call Of Duty.
De entrada nos encontramos con que la sucesión de las misiones es un poco menos lineal que de costumbre. Éstas se desarrollarán en dos líneas temporales totalmente distintas: por un lado Woods recordará lo que Alex Mason, Hudson y él realizaron entre 1986 y 1989, en el final de la primera Guerra Fría, y que moldearon a Raúl Menéndez como el terrorista de turno. Por el otro, jugaremos misiones en 2025 utilizando casi en su totalidad a David Mason, recorriendo distintos puntos del planeta.
Al comienzo de cada misión podemos apreciar algo medianamente novedoso en la saga y que aparece por primera vez: Ahora podremos personalizar nuestro arsenal antes de iniciar el nivel. Como si se tratara del multijugador podremos elegir qué arma principal usar, qué accesorios le pondremos, miras, características, elegir nuestra arma secundaria, el tipo de granadas, etc. Si bien la intención es buena y es algo distinto, luego te das cuenta que pocas veces terminas eligiendo un armamento que no sea el recomendado por el juego. Muchas veces las misiones están pensadas para ese tipo de armas y raramente necesites otra. Lo mismo sucede durante las misiones propiamente dichas. Seguramente termines con el mismo equipamiento con el cual arrancaste.
Algo en lo que fueron muy vivos los muchachos de Treyarch es en la variedad de las misiones. Si bien ya de por sí son variadas, el simple hecho de alternar entre épocas y personajes le da una renovación constante y nunca termina siendo pesado. Recién cerca del final jugaremos algunas misiones seguidas en la misma época. Fuera de esa sección; constantemente cambiamos de lugares, de enemigos, de armas, de equipamiento, de personajes. Para colmo tenemos misiones en vehículos, misiones de infiltración, enfrentamientos a gran escala y jugaremos una misma situación desde distintos puntos de vista. En fin, todos elementos que le dan una cierta frescura al desarrollo del juego.
Las misiones con Mason, Woods y compañía son mucho más crudas, violentas y menos heroicas que las de Mason hijo en 2025. Es que en el pasado vemos, básicamente, cómo todo se va al carajo. Cómo estos personajes se ven forzados a seguir cumpliendo órdenes con las que no siempre están de acuerdo y llevando a cabo hechos de dudosa moralidad. El contexto histórico siempre es importante y cuando viajamos al pasado incluso nos encontramos con personajes verídicos como Manuel Noriega; un dictador Panameño que estuvo en el poder entre 1983 y 1989. De todas formas se toman ciertas libertades a favor de la trama y suceden cosas que probablemente no sean verídicas… aunque conociendo la política internacional estadounidense la ficción no debe estar muy lejos de la realidad.
En este periodo de tiempo recorreremos varias locaciones desde África hasta varios países de América Central. Quiero destacar dos misiones en particular: una en la que defenderemos unas bases yendo de un lugar a otro a caballo y otra en la que jugaremos por un buen tramo según el punto de vista de Raúl Menéndez.
En el futuro, en cambio, todo está muy ligado a los avances tecnológicos. Cada misión intenta mostrarnos un nuevo aparato, un nuevo estilo de mira, de arma, de vehículo, etc. La variedad de locaciones es elevada y pasamos por ciudades futuristas, por el medio oriente y escenarios orientales entre otros. Por momentos encontramos mucho pasillo, y es una lástima, porque aquellas misiones que son más bien a gran escala y ofrecen combates más abiertos, por lo general terminan siendo considerablemente mejores que otras. Más allá de este detalle, las últimas cuatro misiones son de una intensidad tremenda, pasando de un portaviones a una Los Ángeles totalmente devastada e invadida.
Las nuevas armas están buenas, pero la principal diferencia radica en las miras que ahora nos permiten detectar enemigos camuflados y poder marcarlos. Tenemos miras hibridas como en Modern Warfare 3, pero no hay demasiadas novedades. Insisto, se hace hincapié en los avances tecnológicos pero nada resulta de ciencia ficción.
Si te preguntas cómo se juega, cómo se siente, alcanza y sobra con decir que es un Call Of Duty con todas las letras. Esto quiere decir que tiene una jugabilidad impecable, dinámica, a la que te adaptas al toque. Las armas no tienen un recoil ridículo, tienen distinto peso pero tampoco pretende ser extremadamente realista, algo que encaja perfectamente con el ritmo de juego y con la cantidad de enemigos.
Un arma de doble filo para este modo historia fue la implementación de ciertas decisiones que influirían en el desarrollo de la misma. Esto es una novedad en la saga y en los papeles pintaba como una idea interesante. Pero en la realidad no termina siendo muy tangible. Quizás era mucho pedir, pero un par de cinemáticas distintas no me parece que hagan que la experiencia sea distinta para cada jugador. Es decir, no se esperen algo a lo Mass Effect, no, simplemente en varias misiones -dependiendo de nuestros actos- cambiarán mínimas cosas. Se tendrá en cuenta si cumplimos nuestros objetivos en su totalidad, si rescatamos o no a ciertos personajes, etc. Para colmo lo que es el final “bueno” (en el que en teoría hacemos todo bien) me resultó ridículo, incompatible con el tono de la saga y poco realista. En cambio, el final que obtuve (sin realizar todo bien) me resultó más atractivo desde la trama y de lo que sucede con los personajes. Es más ambiguo, pero eso es lo que se había planteado en Black Ops 1, una historia más dura, más oscura y menos heroica.
La última adición al modo de un solo jugador viene de la mano de un tipo de misiones opcionales que combinan varios elementos del multijugador con el modo campaña. Estamos hablando de las nuevas “Strike Force Missions”, que básicamente nos plantean un objetivo (defender una base, escoltar un convoy, capturar un objetivo, etc.) con un número -en ocasiones limitado- de recursos. Por ejemplo, en la primera misión debemos defender una base durante varios minutos y para ello disponemos de un tanque, unas torretas, varios grupos de soldados y refuerzos. Todos estos recursos son administrados y utilizados desde una vista aérea que nos permite dar órdenes y tomar el control de cualquier unidad.
Si el enemigo logra capturar todos los objetivos en el tiempo dado, nuestra misión fracasará, lo que hace que se nos descuente una posibilidad de realizar este tipo de misiones. Por lo tanto, si en varios intentos no logramos defender esa base, perderemos la posibilidad de completar de manera exitosa esta Strike Force y deberemos seguir adelante con el modo historia.
Casualmente fue la primer Strike Force la misión que más me costó en todo el juego. Porque el resto de estas misiones terminan siendo medianamente sencillas, al igual que todo el modo historia en general. Los Call Of Duty cada vez vienen más fáciles y, si bien hay algunas secciones en las que perderemos una y otra vez, son excepciones que confirman la regla.
Para finalizar con las Strike Force cabe aclarar que completarlas nos permitirá disponer de ciertos recursos militares para las misiones en el modo campaña. La mayoría son muy entretenidas y son bastante variadas. Como mapas utilizan los del modo multijugador y los combates al no ser lineales nos recuerdan justamente a este modo.
Para cerrar con el modo historia y como crítica diría que quizás la secuencia final termina siendo medianamente sencilla e incluso corta. Todo se resuelve en unos pocos segundos en cámara lenta y resulta medio anticlimático. Es que estuvimos persiguiendo a un villano implacable durante tanto tiempo que la manera en que se desenvuelven los hechos no se corresponde con la incansable cacería a la que nos vimos sometidos.
Luego de haberme sacado de encima todo lo que tenía para decir sobre la campaña quiero dedicarle unas palabras a aquel personaje que termina siendo el factor “X” de este juego. Es que es eso que lo distingue, que lo diferencia de otros juegos del género. Porque muchas veces un villano puede ser un viejo loco con risa diabólica que quiere conquistar el mundo y otras veces puede ser un personaje retorcido, manipulador, implacable. Este es el caso de Raúl Menéndez. Si bien es presentado como un “terrorista”, es mucho más que eso. Es el típico villano de la era post Joker de Heath Ledger. Es que precisamente uno de los guionistas del juego es David S. Goyer, escritor también de la trilogía de Batman de Christopher Nolan.
Raúl Menéndez es el verdadero protagonista de esta historia. El es un tipo al que le quitaron todo. Primero a sus padres, luego a su hermana; su sed de venganza lo lleva a convertirse en el líder de un movimiento revolucionario con millones de seguidores. No pretendo spoilear nada, pero muchas de las vueltas que tiene este personaje te descolocan. No es el típico matón que quiere derribar a los Estados Unidos. No, él quiere corromperte desde lo anímico, desde lo mental. Siempre está un paso delante de todos; todo forma parte del plan.
Cada línea de diálogo de Menéndez es una delicia. Como en todo Call Of Duty hay una frase que quedará para la historia del gaming. Esta vez es “Tú sufres conmigo”, y tendrá mucho que ver en la relación que él establece con Alex Mason, David Mason, Hudson y Woods.
Quizás aquello que menos se destaca en Black Ops 2 diría que ese es el multijugador. Sí, el caballito de batalla de la saga y eso que siempre lo vuelve tan adictivo y entretenido. Este año siento que no cumplió con las expectativas o que simplemente no me voló la cabeza. Porque siempre algo nuevo metían, algo distinto encontrábamos. Ya sea un modo de juego nuevo, nuevos tipos de mapas, armas distintas, mejor balanceo, etc. Pero esta vez no hay tanto. Vemos modificaciones pero creo que si bien fueron realizadas con la intención de cambiar la mentalidad de los jugadores, no sé si cumplen el objetivo.
Prácticamente encontramos un clon de lo que fue Modern Warfare 3, con un solo modo nuevo de juego llamado “Hardpoint” pero que no muchos usuarios están jugando.
En Black Ops 1 adquiríamos nuevas armas y mejores con la utilización de CODPoints, que era como la moneda del juego. Eso resultaba interesante y lo diferenciaba de los Modern Warfare. Black Ops 2 tira por la borda esa idea, por lo que perdió un poco de identidad en el multijugador. Para colmo todo transcurre en la misma época, en el 2025.
Un cambio importante y positivo es el modo en que se otorgan puntos a ciertas acciones. Esta vez sí se recompensa de manera apropiada el cumplir el objetivo acorde al modo de juego en el que estemos. Lo que sucede que es que ahora las Kill Strikes fueron remplazadas por Score Strikes, por lo que muchas veces podremos activar ciertas ayudas sin siquiera haber matado a alguien. Es interesante y veremos si a la larga logra cambiar la actitud de la mayoría de los jugadores que todavía siguen más preocupados en matar que en cumplir el objetivo.
Otra novedad es que ahora cuando creemos nuestra propia clase tendremos un sistema de 10 puntos que iremos completando con aquello que decidamos equipar. Es decir, elegimos el arma y ya ocupamos un punto; el tipo de mira es otro punto, una granada ocupará otro, y así sucesivamente. Incluso podremos decidir si equipar más o menos perks o habilidades. Esto, en teoría, pudo haber cambiado dramáticamente la dinámica del juego, pero no lo sentí así. Quizás con el tiempo note más cambios, pero no creo que sea el caso.
Por supuesto que el multijugador no es malo; simplemente no innova demasiado. Es que aquellos jugadores veteranos de Call Of Duty siempre notamos las mejoras, aquello que modifica todo. Pero esta vez no lo sentí así y es una pena que en un CoD que pretendía ser distinto a los demás, este modo haya quedado a mitad de camino.
El que sí recibió un lavado de cara es el modo zombis, que regresa con todo. Esta vez contamos con una especie de “campaña” llamada Tranzit que nos permite recorrer varias zonas arriba de un autobús muy turbio mientras aniquilamos zombis. Es infinitamente divertido jugar este modo, ya sea solo, con amigos e incluso online con desconocidos. Tiene muchos secretos, algunos easter eggs, bastante humor y mecánicas interesantes.
En esencia es el mismo modo zombis de siempre, pero está mucho más pulido que en anteriores ediciones.
Además tenemos dos modos de juego dentro del Zombi: Survival y Grief. En Survival deberemos defender una sola área como en Black Ops 1. Mientras que en Grief, dos equipos se enfrentarán para ver quién se la aguanta más.