Dead Rising 3
La tercera entrega de la saga favorita de George Romero llega a PC después de un tibio paso “exclusivo” por Xbox One. ¿Vale la pena? Enterate de todo en la siguiente notasa.
Fun of the Living Dead
Dead Rising 3 es un juego raro. Creo que es uno de esos casos donde el oriente y el occidente chocan (chistes de la segunda guerra mundial en un rato).
DR3 es una mezcla de varios elementos ya vistos en las dos primeras entregas, pero de alguna forma maximizados, llevando las cosas más al límite que los anteriores juegos.
Preparate para matar miles de zombies, combinar y armar las armas más locas del mundo y, también sea dicho, quedar decepcionado por una historia que daba para más.
Los Ángeles no, Los Perdidos.
A partir del primer incidente, del paciente 0, a las pocas horas la ciudad ficticia de Los Perdidos, USA, se ve overrruned por zombies. Desde la segunda entrega muchas cosas han cambiado.
Gracias al Zombrex (la droga que mantiene a raya la infección) y un nuevo chip instalado en cada una de las personas que están infectadas, el contagio ha sido controlado y cada una de las personas mordidas ahora tienen una segunda oportunidad de vivir sus vidas.
Pero algo salio mal y hubo un nuevo brote, que se fue de las manos demasiado pronto, demasiado rápido. El gobierno de USA ha determinado una cuarentena sobre Los Perdidos, con luz verde para disparar a matar.
En el medio de todo esto está nuestro protagonista, Nick Ramos, mecanico de tiempo completo, que deberá usar su habilidad de soldar y construir para escapar de Los Perdidos antes de la hora final
His Name is Bob.
Dead Rising 3 nos ubica en una ciudad que consta de 4 partes, unidas entre ellas por carreteras. Empezaremos nuestra aventura a pie, pero al momento se nos dara la opcion de usar vehículos (autos, motos y las cosas que se nos ocurran inventar) para movernos. Cabe aclarar que si bien podemos subirnos a un auto, los no-muertos podrán infringir daño al vehículo, haciendo que este ultimamente estalle.
El gameplay consiste básicamente en.. matar zombies. Esa es nuestra tarea especial, o la que más satisfacción no dará. Inclusive en la pantalla tendremos un contador de “fiambres” para saber cuantos “deadites” nos fuimos cargando.
La cámara en tercera persona se mantiene de las entregas anteriores, así como también la rigurosidad con la que nuestro personaje se mueve. Tareas simples como saltar o esquivar, algunas veces se verán jodidas por la poca onda que le pone Nick a moverse.
Hablemos del mapa: el problema principal que tiene es, justamente, el mapa en si. Muchas veces nos vamos a perder porque los caminos están mal señalizados, y poner un “punto de destino” en el mapa para ubicarnos resulta tan útil como ropa en una orgia. No digo que el mapa este mal diseñado, o los escenarios sean confusos, pero un saludo al forro que diseñó el sistema de navegación que se quiso hacer el loco en vez de ir y copiar el del GTA.
El mapa, de generoso tamaño, esta lleno de actividades, muchas de ellas bastante repetitivas, pero más de esto en un momento.
Gracias a Dios, se eliminó la búsqueda de Zombrex, una cosa que era bastante tediosa en las anteriores entregas, aunque aún persiste esa especie de “contrarreloj” donde tendremos 5 dias para hacer todo lo que queramos hacer antes de que la ciudad sea “esterilizada”. Esto último cumple dos funciones: por un lado apura al jugador para que no pueda hacer todo en una sola vuelta, obligándolo a re-jugarlo por segunda vez, algo que me parece absolutamente choto pero que es un rasgo característico de la saga y que cada vez se usa en más títulos. Una mala elección a mi parecer (tan mala como haberse aliado con Alemania allá en los 40´s).
La Sociedad de los Poetas Muertos.
Hablemos un poco sobre las misiones: son todas una pija. La mayoría son de estilo “errand boy”, o sea, tenes que ir a ciertos puntos en el mapa (“cuanto más lejos mejor” pensó el forro del director) y hacer ciertos encargos. No importa si lo que tenes que hacer tiene que ver con la trama o no, tanto las misiones principales de la campaña, así como las secundarias que son casi exclusivamente para juntar experiencia o conseguir algun plano para una nueva arma, son de recolectar cosas. Algo que hace que el juego se vuelva muy repetitivo a la hora de haberlo empezado (vale aclarar que el mismo dura unas 10 hs, más o menos, dependiendo del nivel de completitud que le pongamos).
Hablando de XP, nuestro personaje podrá levelear y conseguir nuevas tomas, más espacio en el inventario, mejor movilidad, etc. El cambio se nota cuando nuestro personaje va subiendo de nivel, aparte de que hace de la matanza de zombies mucho más fácil. Esto lo siento como una oportunidad desaprovechada ya que el juego solo se basa en levelear al personaje pero nunca pasamos una barrera donde las cosas sean realmente distintas.
Haceme la muertita.
A nivel gráfico el juego se ve muy bien. Los niveles están muy detallados, nuestro personaje Nick tiene la cantidad de polígonos correctos, así como varios secundarios también. Las cutscenes son de una muy buena calidad, aunque varias quedan desubicadas, tratando de formar una trama seria en un juego desopilante.
Sorprende la cantidad de muertos que aparece en pantalla. Sin riesgo a equivocarme, puedo decir que en ningún otro juego hasta la fecha se vieron tantos zombies al mismo tiempo en un solo nivel. Si bien varios skins de zombies se repiten, esto es imperceptible en medio de la matanza, de más está decir que detalles como la forma en que caen los pedazos al ser descuartizados es divertida de ver.
Lamentablemente el juego sufre de un stuttering bastante importante, y esto hace que la experiencia se vea algo truncada. Para ser claros, estamos ante un mal port, donde los recursos de la PC se ven desaprovechados. Una pena porque si le hubieran puesto más ganas seria una experiencia mejor que la de Xbox One, pero no es el caso.
Zombies ate my neighbors.
El juego se puede jugar de manera cooperativa con otro amigo, de manera remota. Esto hace la experiencia más disfrutable, ya que en el transcurso de la aventura podremos salvar algunos NPC de caer en las putrefactas mandíbulas, pero la IA de estos deja mucho que desear.
Se destacan los combates contra jefes o “psychos”, tipos que perdieron la cordura en todo este quilombo de ultratumba y se convirtieron en algo peor que los propios zombies.
Algunos de estos jefes serán un hueso duro de roer, mientras otros serán una boludez. Cabe destacar que la personalidad de estos esta muy basada en grandes películas de zombies de clase B, así que esta bueno que haya esta clase de “homenajes”.
Creo que el problema principal que tiene Dead Rising 3 es que no termina de definirse. Por un lado trata de contar una historia trágica, de distintas personas que deben juntar fuerzas para superar una situación que supera por mucho las posibilidades reales de salir de ella vivos. Inclusive el juego toca temas como la xenofobia, haciendo el planteo de que muchos de los habitantes de Los Perdidos le echan la culpa a los inmigrantes ilegales que no han sido chipeados para su control.
Lamentablemente este planteo, que resulta muy interesante, sale disparado por los aires cuando se mete el elemento “japan gaming” en el juego: es decir trajes exóticos, situaciones bizarras, armas desopilantes y varios delirios más que tal vez quedan mejor en un Katamari Damacy que en un juego de zombies, pero el fan de Dead Rising ya sabe que es lo que busca en sus juegos: bizarres y la oportunidad de matar muchos zombies.
Así el juego queda dividido en dos partes casi opuestas: aquellos que buscaran un juego de zombies “serio” y los que le guste hacer caos al estilo GTA.
Para los que estamos en la primer categoría, lamentablemente nos llevaremos una decepción, pero aquellos que disfrutan de la matanza indiscriminada de zombies “porque si” con armas que bordean lo ridículo (muchas de ellas zambulléndose de lleno) encontraran una muy buena experiencia.