Call Of Duty: Ghosts

Call Of Duty: Ghosts es la nueva entrega de la saga más popular y más vendida del mercado. ¿Valdrá la pena esta dosis anual de acción en primera persona? ¿O será mejor dejarla pasar? La respuesta en este análisis exclusivo de ASPEB.

Probablemente los detractores de Call Of Duty nunca habían tenido tantas herramientas ni fundamentos valederos como tienen en este 2013. CoD: Ghosts, la nueva edición de la popular franquicia de Activision (desarrollada por Infinity Ward en esta oportunidad) no llegaba con las mejores expectativas a su lanzamiento. Francamente hasta su salida sabíamos más sobre el famoso perro que sobre su campaña o su contenido multijugador. Para colmo sus más acérrimos fanáticos tampoco salían a defenderlo como en épocas anteriores. Todos sentíamos que algo no estaba del todo bien con este título. Por lo tanto y a pesar de sus ventas, sus credenciales, su parafernalia y sus publicidades plagadas de celebridades, el crédito de Call Of Duty se está agotando.

CoD: Ghosts nos sitúa en un futuro cercano donde América del Sur se ha unido detrás de una Federación comandada por aquellos países con reservas de petróleo. Y sí muchachos, la época donde nosotros somos los malos ya llegó; ahora sabemos cómo se sentían los rusos…

El prólogo de la historia nos pone en la piel de Logan Walker quien junto a su hermano Hesh escucha cómo su padre, Elias, les cuenta la historia de un grupo de soldados de operaciones especiales llamados “Ghosts”. En ese momento todo se vuelve caos ya que la Federación había tomado control de Odin, una poderosa estación espacial norteamericana. Desde allí disparan varios misiles a las principales ciudades de los Estados Unidos, dejando al país a merced de una invasión.

Diez años después USA se ha podido defender y comienza su contraataque. Para ello contará con este grupo de soldados de Elite, los Ghosts.

Salvo por un par de misiones, la totalidad del juego lo viviremos a través de los ojos de Logan Walker, un personaje sin voz ni voto del cual no sabemos nada y el cual no nos genera ni un poco de empatía. Tampoco lo hace ninguno de los demás personajes. Ni siquiera esta vez el villano, Gabriel Rorke, logra generarnos algún tipo de emoción. Él es un ex Ghost que, por razones que se nos explican más adelante en el juego, se dispone a cazar y a matar a sus ex compañeros. Si bien su motivación es explicada, no me resulta justificación alguna.

Para escribir el guión de esta historia, Infinity Ward fue a buscar a Stephen Gaghan, escritor de Traffic y de Syriana. Lamentablemente el trabajo de Stephen estuvo muy lejos del realizado en estas películas. No recuerdo ni un diálogo, ni una frase memorable. Nada realmente me logró emocionar. Lejos quedaron frases de CoDs pasados como aquellas que nos regaló Modern Warfare 2 y también lejísimos quedó la complejidad de trama que supo presentar Black Ops. Esta entrega en cambio nos presenta una historia totalmente básica, obvia, con giros ultra predecibles, sin emoción, sin personajes para el recuerdo… en fin, un despropósito de historia que le da la razón a aquellos que dicen que esta saga sólo se trata de disparar y nada más.

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