Tomb Raider
La primera heroína en la historia de los videojuegos regresa totalmente renovada en una nueva entrega de Tomb Raider. Si quieres saber qué onda la nueva aventura de Lara, lee este análisis exclusivo de ASPEB.
La primera Femme Fatale de los videojuegos. La Evita capitana del mundo gamer regresó para decir que el girl power no murió y que la testosterona está sobrevalorada. Porque Lara Croft es de esos personajes que trascendieron las barreras de la cultura videojueguil para directamente convertirse en un ícono reconocible por todos.
Tomb Raider en los últimos tiempos había perdido terreno e importancia en la industria de los videojuegos. No tanto por traernos entregas de mala calidad, sino por una fatiga natural del personaje. Una saga que cuenta con 10 juegos oficiales más algunos spin offs en los que participó Lara estaba condenada a sufrir un inevitable desgaste.
Para colmo allá por el año 2007 salió un pequeño juego del que quizás escucharon hablar llamado Uncharted. En él Nathan Drake hacía la exacta mezcla entre Lara Croft e Indiana Jones. Por lo tanto parecía ser que en esta generación de consolas el cupo de aventurero ya estaba ocupado por el personaje de Naughty Dog.
Pero de la galera la gente de Crystal Dynamics se sacó un relanzamiento completo de la saga que arrancaría de cero la historia de Lara y contaría cómo se convirtió en la exploradora de tumbas favorita de todos.
Tomb Raider, publicado por Square Enix (que ultimamente la viene pegando en todos los juegos que esta publicando como lo vimos con el Deus Ex: Human Revolution, Sleeping Dogs y el Hitman: Absolution por nombrar algunos), cuenta la historia de una joven Lara Croft quien a bordo del barco Endurance se embarcaba en su primera expedición. En ella pretendía encontrar el reino japonés perdido de Yamatai. Allí la Reina del Sol, Himiko se suponía que tenía poderes místicos.
El juego comienza con una cinemática que nos muestra el barco de Lara atrapado en una terrible tormenta que deja varada a toda su tripulación en una isla. Lara se despierta, sola, herida y sin saber qué hacer. Pero allí es cuando aparecen sus instintos de supervivencia y comienza a hacerse paso por esta isla para reencontrarse con sus compañeros.
Desde el vamos, incluso desde los trailers previos se nos hacía bastante hincapié en la supervivencia. En que Lara iba a tener que sobrevivir a la isla y a los retos que esta ofrecía. Sin embargo no es así. No estamos obligados a cazar, a curarnos, a alimentarnos; a nada. Lara se recupera sola, sin ningún problema. Honestamente me llamó un poco la atención esto. Porque si bien no me molesta no tener que cazar para sobrevivir, sí me hace un poco de ruido que lo hayan vendido como ese tipo de experiencia.
Es que Tomb Raider es medio ambiguo a la hora de presentarse a sí mismo. Ya que por un lado muchas cinemáticas, diálogos internos y situaciones nos pretenden mostrar una Lara indefensa ante la inmensidad de la isla, lo desesperante de la situación y la agotadora experiencia que Lara está atravesando.
Sin embargo prácticamente desde el minuto cero estamos pateando el trasero de miles de enemigos. Literalmente miles. Nos vamos a cansar de matar enemigos genéricos que no tienen chance alguna contra Lara.
Este es un aspecto que también me hace ruido. No me jode y es entendible que así sea, pero la acción del juego y la gran capacidad de Lara para deshacerse de sus enemigos no van en la misma sintonía de lo que le sucede al personaje.
Esta ambigüedad es en parte una lástima, porque una de las cosas más interesantes del juego es la conexión que el jugador crea con Lara. Realmente es uno de los puntos altos del juego. Veremos cómo sufre, como sangra, cómo se ensucia, como cada golpe la afecta, cada muerte, cada hecho, cada decisión es un paso más en su camino a convertirse quien todos sabemos que es. Esta es una conexión que se pierde un poco cuando vemos que no le cuesta para nada derrotar a oleadas de enemigos (cuando al comienzo del juego había quedado casi traumada por matar a un solo tipo).
La historia no es lo más fuerte del juego. Es simple, cumple con lo suyo, es típica del género y tiene vueltas de tuerca muy predecibles. Es gracioso como muchas veces el jugador ya sabe de antemano los giros en la trama. Se los ven venir 10 cuadras antes pero los personajes siguen sin darse cuenta.
Porque todo despega cuando los ocupantes previos de la isla capturan a Sam, amiga de Lara y tripulante de su embarcación. Casi desde el principio que se nos cuenta que ella es, en teoría, descendiente de Himiko, la Reina del Sol. Sin embargo Lara tarda ¾ del juego en darse cuenta que la raptaron por ese motivo para un ritual místico y poder escapar de la isla (ya que el espíritu de Himiko no los está dejando ir). Ejemplos como ese hay muchos y la verdad que si un guión sorprende a los personajes pero no a los jugadores, entonces no están haciendo bien las cosas.
Los personajes secundarios son bastante olvidables. No sólo son bastante trillados, sino que ninguno realiza nada memorable. Acá lo importante es Lara y ella sí está muy bien desarrollada como personaje.
Pero hablemos de lo bueno que tiene Tomb Raider, que son muchas cosas por suerte. Comencemos por su jugabilidad, la cual es muy buena y no defrauda. Donde más se destaca es en todo lo que tiene que ver con plataformas, con recorrer la totalidad del mapa junto a Lara. Si bien no es revolucionario, Lara tiene muchas herramientas para ir trepando o saltando y así alcanzar su objetivo.
Una de las principales herramientas con las que cuenta ella es su arco. Éste probablemente sea la estrella del juego. Con él podemos hacer de todo, pero en ningún momento se siente con un poder desmedido y nunca cansa. Es que progresivamente le irán apareciendo funciones nuevas que le dan un nuevo uso, una nueva vuelta de tuerca.
Con el arco podremos no sólo matar a enemigos de manera silenciosa, sino que nos servirá para desplazarnos de un punto a otro. Porque Lara con él podrá tirar sogas y así atravesar largas distancias tanto para arriba como para abajo. Las plataformas del juego se basan fuertemente en el uso del arco y flecha, y eso es una virtud. En general las secciones de plataformas se disponen de una manera más bien vertical para lo cual esta herramienta es fundamental.
En su función ofensiva, el arco cuenta con distintos tipos de flecha: incendiaria, explosiva, de NAPALM o común. Si bien lo vamos a usar bastante por suerte no es la única arma que utilizaremos. Es nuestra principal arma stealth que nos permitirá pasar desapercibidos por ciertas secciones, pero en muchas ocasiones nos vamos a ver obligados a enfrentar enemigos con armas de fuego dejando el arco de lado.
Continuando con la jugabilidad, hay que decir que todo se controla bien. Lara se mueve bien, el gunplay es decente y a la hora de realizar saltos el personaje responde como debe hacerlo. Algo que me despierta sentimientos encontrados es el sistema de cobertura. Lo que no me termina de convencer es que no contamos con un botón para cubrirnos, sino que Lara se coloca en cobertura de manera automática. Esto a veces deriva en situaciones medio incómodas y torpes. Además nos impide desplazarnos de cobertura en cobertura, cosa que muchas veces necesitaremos. Sin embargo no es nada que nos provoque dolor de cabeza. Nunca estuve en una situación en la que este aspecto o algún otro del gameplay me hayan molestado y me hayan impedido cumplir mi objetivo.
Una de las características más importantes y más destacables del juego es el ritmo que tiene. A algunos quizás les resulte agotador, en mi caso me parece excelente. El juego nunca para, siempre te da algo para hacer, no pierde tiempo en situaciones innecesarias y ninguna sección se extiende más de lo debido. Además la progresión del personaje, y del juego en sí, son muy acertadas. Es que Lara irá ganando experiencia y subiendo de nivel con cada acción que realice. Ya sea un headshot o cazar un animal, todo nos dará experiencia. Eso nos permitirá obtener puntos los cuales podremos canjear por nuevas habilidades. Estas se dividen en tres tipos: supervivencia (nos darán más experiencia según lo que realicemos), cazadora (se basa en mejorar nuestras habilidades con las armas) y luchadora (que nos permite mejorar el combate cuerpo a cuerpo).
El único momento en que la progresión de Lara me resultó ridícula es cuando al adquirir un cierto número de habilidades de repente ella se da cuenta que puede usar su hacha para atacar a enemigos. Es decir que estaremos una gran porción del juego sin combate cuerpo a cuerpo, el cual termina siendo bastante necesario.
Más allá de este detalle me parece que es clave cómo se nos van introduciendo nuevos elementos en el gameplay. Casi hasta el final del juego se nos van dando nuevos ítems que nos permiten hacer cosas que antes no podíamos.
Tomb Raider completa el círculo de homenajes (o choreos, como quieran decirlo) al copiar a la perfección la fórmula que tantos éxitos le dio a la saga Uncharted. Es que esa ecuación matemática de: plataforma + gunplay + cinemática + quick time event + puzzle, Tomb Raider la toma prestada y copia paso por paso. Aquí no veremos nada nuevo bajo el sol. La fórmula es la misma, la ejecuta perfectamente y no trae nada nuevo a la mesa. Quizás lo más novedoso sea el uso del arco para las situaciones de plataforma, pero no alcanza para diferenciarse y no impide que automáticamente pensemos que con Nathan Drake atravesamos exactamente las mismas situaciones.
Donde sí se diferencia de Uncharted este nuevo Tomb Raider es en el hecho de que el juego se desarrolla en un solo mapa gigante el cual tendremos la libertad de recorrer a nuestro gusto. Si bien el juego tiene un desarrollo bastante lineal, se nos da la posibilidad de volver a lugares anteriores, de buscar secretos (hay muchos) y de acceder a ciertas misiones secundarios en forma de Tumbas Secretas. Estas tumbas son otro de los puntos altos del juego. Básicamente en ellas deberemos resolver diversos puzzles, la mayoría de las veces apoyados en el uso del arco. Si bien no son imposibles, varias veces tardé en encontrar la solución. Nunca son frustrantes, pero tampoco fáciles. Están bien pensados, bien balanceados y cada vez que nos avise que estamos cerca de una tumba secreta, no podremos evitar buscarla y resolver su puzzle. La recompensa in game quizás no es tan grande como la satisfacción que resolverlas te produce, pero es un detalle mínimo que no opaca la experiencia.
Visualmente el juego es realmente una belleza. No sólo por Lara, sino por los escenarios, el grado de detalle que tiene y algunos efectos de iluminación entre otras cosas. Sin embargo me parece que en la paleta de colores se perdieron un par de temperas porque todo es gris, marrón y verde (algo lamentablemente muy característico en esta generación).
Lo más impactante a nivel visual del juego es cómo se destruyen los escenarios. Gran parte del tiempo estaremos recorriendo templos o locaciones en ruinas que se caen a pedazos y ver cómo se desprenden ciertas plataformas o maderas es un placer. Muchas veces estaremos en incendios o en edificaciones que se están prendiendo fuego, allí la destrucción de los escenarios alcanza su punto más alto y realmente impresionan.
La escala del juego no pretende ser aquella de Uncharted. Si bien realiza constantes homenajes a la dirección de cámara del juego protagonizado por Nathan Drake, no siempre busca mostrarnos a Lara en un escenario inmenso y descomunal. En cambio siempre busca que ella sea el centro de la atención y no tanto lo espectacular del escenario. Quizás porque en cierto punto tampoco son muy variados los escenarios. Si bien la isla tiene varias secciones distintas, nunca dejás de sentir que estás en el mismo lugar: el tipo de edificio no cambia, las cuevas son las mismas, las casas también, la naturaleza es similar, etc. Esto no es una crítica, es simplemente algo que sucede.
Para terminar con las críticas hacia el juego podría marcar que a veces resulta cansador ver la misma animación una y otra vez. Es que pareciera como si Lara tuviera un solo tipo de salto, una sola forma de pasar por ciertos sectores. Veremos repetidamente la animación en la que ella queda colgada con una sola mano de una plataforma para no caer al vacío. De nuevo, nada de esto desvaloriza la experiencia general, sin embargo es mí deber remarcarlo.
Por último, Tomb Raider sufre de algo que la gran mayoría de los juegos de esta generación han sufrido, y es el síndrome de los últimos niveles pedorros y de los finales decepcionantes.
Es que en esta ocasión (y al igual que en todos los Uncharted) en el último nivel nos enfrentaremos con una especie de enemigos sobrenaturales con los cuales lucharemos en sólo dos secciones del juego. Para colmo no son del todo originales. Pero lo peor es que toda la resolución del conflicto parece hecha a las apuradas, no es ni épica ni tampoco busca ser todo lo contrario y mostrarme un costado distinto de la situación. Tampoco revela nada; simplemente Lara salva el día y el enfrentamiento con el villano del juego se resuelve en un Quick Time Event desastroso que le quita todo tipo de emoción y dificultad.
Ahora bien, ustedes se preguntarán si después de las varias fallas que, a mi entender, tiene el juego vale la pena o no jugar a Tomb Raider: La respuesta en su rotundo sí. Porque Tomb Raider excede las expectativas cuando se lo analiza como experiencia, como un todo. En la suma de sus partes es un juego que hace todo muy bien pero nada lo hace de manera brillante. Casi ningún apartado es excelente. Las plataformas están muy bien, el gunplay cumple con lo suyo, visualmente es muy bueno, el personaje está bien construido, la dinámica que tiene es muy acertada, la progresión está muy bien resuelta… pero nada es excelente. Lo que sí es excelente es la experiencia, es el hecho de jugar Tomb Raider. Es que si te gusta el género y si disfrutas de este tipo de aventuras, es imposible que no la pases bien. Incluso iría más allá al decir que es muy difícil que no te encante Tomb Raider y que no sea uno de tus juegos del año.
A veces ser redactor, ser periodista, hace que al jugar un título uno esté buscando el error, aquello que está mal para advertir a los lectores sobre todo lo que el juego no hace bien. A pesar de eso, y a pesar de haber notado sus falencias, Tomb Raider me resultó una experiencia fenomenal de principio a fin. Lara te enamora como personaje, en parte gracias a un gran voice acting siempre presente y que nos hace conectar con ella en todo momento. Su progreso, su crecimiento y su desarrollo están muy bien explotados y terminan completando un paquete increíblemente satisfactorio con un tono bastante más crudo, oscuro y por momentos triste que el de otros juegos del género. Tomb Raider no tiene comic relief, no descomprime con situaciones ni con diálogos más bien cómicos. Acá se cuenta la historia de cómo una niña termina convirtiéndose a la fuerza (o quizás como su destino lo marcaba) en la cazadora de tumbas más reconocida del mundo de los videojuegos.