SimCity

SimCity es una de las franquicias más icónicas del gaming en PC. Desde su nacimiento en  1989 los nombres de Will Wright y Maxis quedarían grabados a fuego en la historia de la industria. Tener tu propia ciudad dejó de ser un sueño imposible para convertirse en una de las experiencias más adictivas que podían disfrutarse frente al monitor. Desde ese entonces 5 entregas vieron la luz pero a partir de las malas críticas tanto de la prensa como del público que recibieron las 2 últimas (SimCity 4 y Societies) la saga había quedado congelada en el tiempo hasta hoy, 6 años después, cuando este nuevo SimCity a secas sale al mercado cargado de expectación y polémica.

La principal crítica de todo el mundo está en el sistema de DRM que presenta el juego, esto quiere decir que en su afán de buscar una solución a la piratería, Electronic Arts decidió que lo mejor era obligar al jugador a estar todo el tiempo conectado a internet para poder jugar.  Decisión que obviamente cayó mal a medio mundo; sobretodo porque el lanzamiento del juego solamente puede calificarse como “desastroso”.

 

Los fans estaban ansiosos por probar las mieles de esta nueva entrega y cuando de repente todos se encontraron con el mensaje de “SERVER ERROR”, lanzaron sus gritos al cielo y contraatacaron haciendo lo que mejor sabemos hacer los gamers: quejarnos. Tanto se quejó la gente que EA puso manos a la obra inmediatamente y a día de hoy no sólo los servers ya se encuentran totalmente estabilizados y cualquiera puede jugar sin problemas, sino que además ofrecieron un juego de regalo a todos aquellos que lo compraron en el lanzamiento.

Ahora bien, desde Maxis y EA se defienden diciendo que el sistema no es un DRM sino que el nuevo SimCity fue pensado desde su misma concepción como una experiencia multiplayer (y por lo tanto, online). Esto nunca fue así en el pasado, SimCity siempre fue un juego para jugar solos, tranquilos y con todo el tiempo del mundo.

¿Cómo adaptar una experiencia tan puramente singleplayer al juego en compañía?

La solución que encontraron es original y realmente interesante. Antes de fundar una nueva ciudad debemos elegir una región la cual estará dividida en varias zonas del mismo tamaño. Cada una de estas zonas estará bajo el dominio de un jugador distinto (o las reclamaremos todas para nosotros si estamos jugando en modo sandbox) y a su vez cada una de ellas contará con distintos recursos que, una vez nuestra metrópolis se vea lo suficientemente avanzada, podremos comerciar con las otras ciudades. El comercio es una parte vital de este nuevo SimCity y podremos no solo intercambiar recursos  sino también ofrecer cobertura de servicios a las ciudades vecinas (como salud, bomberos, recolección de residuos, etc.). También llegado a un punto avanzado de la partida todos los jugadores de la región pueden colaborar para construir una “Gran Obra” en común que hará que su región se convierta en una verdadera belleza.

Este enfoque de muchas ciudades colaborando entre sí también trae consigo la particularidad de que ahora deberemos elegir en qué queremos especializar a nuestra ciudad ya que no vamos a poder tener de todo en cualquier terreno. Podemos transformar a nuestra urbe en una nueva Atenas y que sea una cuna de la cultura,  en un enorme conglomerado industrial que exporte materias primas a todo el mundo, un clon de Las Vegas, el destino turístico predilecto de todos los Sims, etc, etc, etc. Las posibilidades son muchas y cada una de estas variantes presenta sus propios desafíos y formas particulares de administrar la ciudad.

Hasta acá suena todo muy lindo y lo cierto es que lo es. Como dije esta modalidad online es interesante  y un agregado muy copado. El problema está en que tuvo que haberse limitado a eso. A ser simplemente un agregado y dejarnos la posibilidad de tener un “modo clásico”. Porque este sistema trae consigo 2 limitaciones sumamente importantes: la imposibilidad de modificar el terreno a nuestro antojo y el limitado tamaño de los mapas.  Al principio no lo parecen pero rápidamente los escenarios se nos van a quedar muy chicos.

Desde Maxis insisten en que esto es porque en esta nueva entrega la gracia no está en expandirse hasta el infinito sino en saber administrar bien los recursos. La verdad es que no están faltos de razón. El tamaño de los mapas no nos va a impedir desarrollar al máximo nuestra urbe si somos buenos jugadores pero sí nos impide tener una ciudad enorme con distintos distritos diferenciados. Antes podíamos en una misma partida tener una parte del mapa totalmente dedicada a la agricultura, otra a la industria, otra al turismo y finalmente en la otra punta todas las residencias de nuestros Sims. Esto ahora no es posible y si queremos probar algo distinto no nos va a quedar otra que fundar una nueva ciudad con toda la paja que conlleva arrancar una partida desde cero.

De todas formas crear nuestras propias ciudades sigue siendo una experiencia divertidísima y terriblemente adictiva. SimCity trae muchas novedades y diferencias en el gameplay con respecto a lo que estábamos acostumbrados en la franquicia. El principal eje en la jugabilidad son los caminos: De ellos va a depender absolutamente todo. Y es que muchas de las cosas que antes decidíamos manualmente ahora van a ser determinadas de forma automática según lo bien que vayamos jugando.  Absolutamente todos los edificios deben ser colocados sobre algún camino y esto automáticamente va a ir variando (para bien o para mal) el valor del terreno.  Conforme aumente el valor del terreno, la clase social de los Sims que viven o trabajan en esa zona subirá y con ella también el número de gente que transita por allí. Al llegar a determinado nivel de “densidad” bastará con mejorar los caminos para que mágicamente las casas se conviertan en rascacielos, los puestos de hamburguesas en enormes centros comerciales y los pequeños talleres en grandes industrias.

 

 

Dicho así parece fácil, mientras más crece la densidad de nuestra población, mayor es la cantidad de impuestos que cobramos y mayor es la guita que se va para nuestros bolsillos. Sin embargo mantener contenta a la ciudad es una tarea arduamente complicada. Mientras más gente tengamos, más necesidades vamos a tener que cubrir y pronto nos vamos a encontrar buscando desesperados la forma de bajar el nivel de delincuencia, combatir la falta de desempleo, frenar los niveles de contaminación o suministrar correctamente los servicios básicos. Cada edificio del juego puede ser modificado agregándole mejoras que permitan aumentar su calidad como pueden ser nuevas aulas para los colegios, más salas para los hospitales o un segundo garaje para el camión de bomberos.

Esto último representa gran parte de lo que es para mí lo mejor del juego: el genial ritmo que tiene.  Siempre, pero siempre, vamos a tener algo en lo que mantenernos ocupados. Siempre va a haber un recurso que escasea, una zona que se quedó sin energía, un nuevo edificio público que queramos construir, una mejora que queramos hacerle a nuestra central eléctrica, etc. Por si esto fuera poco, nuestros Sims también van a ir dándonos misiones cada tanto que si las cumplimos nos recompensarán con una buena cantidad de dinero que se puede invertir para seguir mejorando nuestra ciudad.

Y así como Macri tiene que enfrentarse a inundaciones, granizo, paros de subte y nubes tóxicas; nosotros también deberemos hacerle frente a todo tipo de “desastres”  que hacen su regreso triunfal mejores que nunca y van desde tornados, lluvias de meteoritos y monstruos gigantes hasta invasiones alienígenas. Es prácticamente imposible aburrirse con SimCity.

Lamentablemente no todo lo que brilla es oro y hay un error garrafal que llegado a un punto nos va a romper mucho las bolas.  Como dije, todos los edificios necesitan si o si estar construidos sobre un camino y una vez los construimos quedan ligados a ellos para siempre. Esto quiere decir que si borramos un camino, también desaparecerá el edificio llevándose consigo todo el dinero que hayamos invertido en él.  Como aumentar la densidad de la población es la base del gameplay, vamos a tener que estar modificando los caminos casi constantemente ya que al principio para tener muchos Sims de clase media/baja lo mejor es tener manzanas pequeñas, pero conforme queramos transformar esas casuchas en rascacielos vamos a tener que borrar varios caminos para aumentar el tamaño de las manzanas y  cuando queramos hacer esto no va a ser raro que nos llevemos por delante algún hospital, una estación de policía o una plaza.  Lo mismo se aplica para cuando queramos colocar mejoras de los edificios y no tengamos lugar en la manzana o en los casos de los edificios más avanzados como los estadios de futbol o los museos que son literalmente enormes.

 

Me queda hablar por último de una de las cosas más copadas de este nuevo SimCity que es su apartado audiovisual y es sencillamente genial. No porque sea una maravilla de la tecnología ni porque vaya a hacer sudar sus placas de video sino porque la representación visual de nuestras ciudades está realizada con un mimo y detalle que quita el aliento. Para empezar la cantidad de edificios distintos que tiene el juego es ridícula. Es muy difícil que en una misma ciudad veamos 2 construcciones iguales. A su vez se mantiene el clásico humor de Maxis y cada una de ellas tendrá su propio nombre bizarro y alguna leyenda que nos sacará una sonrisa. También podemos (¡finalmente!) hacer zoom hasta la altura de la calle y seguir el día a día de nuestros habitantes, ver como la policía combate el crimen, como los bomberos apagan los incendios, las ambulancias recorren las calles a toda velocidad o hasta los obreros trabajando en los nuevos edificios. Todo con mucho humor y acompañado por melodías alegres y mensajes en idioma Sim que hacen a la experiencia sea muy placentera.

Conclusiones…

SimCity es un juego que no está libre de fallas gracias a un par de decisiones de diseño que nos van a romper las bolas en más de una ocasión. Sin embargo, si las dejamos pasar (y si nos aguantamos el tener que estar siempre conectados a internet) nos vamos a encontrar con un juego divertidísimo, con muchas novedades que lo diferencian de los anteriores y lo hacen sentirse fresco y lo transforman en una experiencia por demás adictiva en la cual podemos a llegar a pasar muchas horas seguidas jugando sin apenas darnos cuenta.

Botón volver arriba
Cerrar