La Fuerza del Pueblo
No hay otra forma para comenzar este artículo que con esa exclamación. Porque sin dudas es realmente increíble lo que está sucediendo en la industria en este último tiempo. Estamos presenciando lo que es un cambio total de la mentalidad de los gamers, que demostraron con cosas como Kickstarter, Operation Rainfall o el cambio del final de Mass Effect 3; que estamos dejando de ser simples compradores de un producto para pasar a ser usuarios de un servicio. Usuarios que reclaman que el destino de su dinero sea el que ellos esperan, que cada centavo que adquiera la desarrolladora de turno sea totalmente merecido. Quieren jugar a lo que quieren jugar.
Si bien ha habido muchísimos casos parecidos a estos a lo largo del tiempo (recordemos la movida europea para que reeditaran ICO), fue durante el año pasado y comienzos de éste cuando realmente se comenzó a sentir la presión generada por el público. Uno podía juntar firmas, llenarle las casillas de correos y foros a las empresas con cartas de queja, desperdiciar miles de litros de tinta virtual en entradas de blog y campañas de difamación; pero al final del día poco importaba. Si las grandes mentes decidían que X juego no saldría a la venta en tu territorio (por poner un ejemplo) nada había que pudiera hacerse…. Hasta ahora. En esta industria, como todas, el dinero es el que manda; y los usuarios acaban de darse cuenta que es de sus propios bolsillos de donde sale ese dinero en primer lugar. Quéjense, hagan todo el quilombo que quieran y no habrá resultados. Ahora sí, agreguen dinero en esa ecuación y todo cambia radicalmente.Tomemos como primer ejemplo el de Operation Rainfall: Nintendo Wii siempre fue una consola a la que se le recriminó la falta de juegos de corte “hardcore”. Con un futuro sin casi lanzamientos hasta la salida de su sucesora, las cosas se veían negras para los Nintenderos. Pero de repente salieron 3 grandes juegos de Japón (Xenoblade, The Last Story y Pandora’s Tower), todo el mundo se puso contento porque no solo por fin iban a tener algo para jugar sino que se trataba de 3 juegazos y de un género (JRPG) del que se ve muy poco en la actualidad. Sin embargo todo se vino abajo cuando Nintendo of America confirmó que no se encargaría de distribuir estos juegos en el nuevo continente, algo a todas luces incomprensible puesto que el juego sí saldría en Europa con todo el trabajo de localización ya realizado. Los usuarios pusieron el grito en el cielo y salieron como siempre a quejarse y patalear. Sin embargo hubo un pequeño grupo de iluminados que tuvo una idea mejor: demostrarle a Nintendo que SI hay un mercado interesado en esos juegos en América. Un mercado que está dispuesto a pagar por jugar a esos títulos. Así nació esta Operation Rainfall cuyo objetivo final era lograr el lanzamiento americano de estos 3 títulos. En un principio Xenoblade estaba anotado como futuro lanzamiento en Amazon bajo el nombre de “Monado: Sword of the New World”. Decidieron comenzar por ahí. A través de campañas en las redes sociales lograron que miles de personas hicieran el pre-order del juego colocándolo durante varios meses en los primeros puestos de Lo Más Vendido en Amazon. Finalmente, y tras muchas idas y vueltas, cumplieron su objetivo: Xenoblade sale a la venta mañana mismo y The Last Story saldrá en Junio (todavía no hay noticias de Pandora’s Tower pero todo indica de que también verá la luz en nuestro territorio).
Luego tenemos el caso de Double Fine que comenzó toda esta fiebre loca por los Kickstarter. El genio de Tim Schafer quería más que nada en el mundo volver a desarrollar una aventura gráfica, pero sabía que se trata de un género que tiene muy buenas ventas hoy en día y ninguna distribuidora se arriesgaría a producirlo. Pero también sabía que había miles de fanáticos allá afuera dispuestos a pagar por volver a jugar una aventura de Tim. Así que levantó un dedo en el aire y al grito de “¡A LA INTERNET!” comenzó esta interesante propuesta. Kickstarter es una página web que administra donaciones, Double Fine entonces pedía a la gente su colaboración monetaria. Con us$15 no solo ayudarían a desarrollar el título sino que también tendrían una copia digital gratuita una vez estuviera terminado. Para poder llevar a cabo el proyecto necesitaban alcanzar us$400.000. El resultado: más de 1 millón de dólares en tan sólo 24 horas. Al día de la fecha ya llevan recaudados más de 3 millones y medio y dijeron que van a utilizar el dinero para portear el título a la mayor cantidad de consolas posibles y de que incluya doblaje en una enorme variedad de idiomas. Obviamente el resto de las desarrolladoras indie vieron en esto de los Kickstarter su salvación para poder desarrollar todo de ideas geniales que de otra forma tal vez no tuvieran cabida en el mercado. Con esto no van a desaparecer las grandes distribuidoras como algún que otro loco predijo, pero si es una linda posibilidad que se nos da a todos los gamers de poder participar en el desarrollo de aquellas ideas que nos llamán la atención y nos gustaría poder jugar (para saber que otros juegos copados se están financiando con Kickstarter pueden leer este artículo de Cracked.com).
Y finalmente tenemos el último ejemplo: la ENORME polémica desatada por el final de Mass Effect 3. A menos que hayan estado metidos en un tupper el último mes deben saber de qué les estoy hablando. Al terminar la última entrega de la trilogía espacial de Bioware, prácticamente la totalidad de los jugadores se vieron enormemente decepcionados con su conclusión. Situaciones incoherentes, cabos sueltos y una sensación general de que el último tramo iba en contra de todo lo que significó Mass Effect. Por esta razón decidieron comenzar a bombardear a Bioware con quejas, bajarle el puntaje al juego en Metacritic, llenar prácticamente cada rincón de la internet con comentarios negativos sobre el final e incluso hacer una recaudación de fondos que juntó miles de dólares que luego fueron donados a obras de caridad. Rápidamente Bioware reconoció su error y decidió tomar cartas en el asunto para finalmente anunciar hoy que un DLC gratuito saldrá en invierno para dar más detalles al final de la aventura y satisfacer las peticiones de los fanáticos al mismo tiempo que se respeta la visión artística original.
Como dijimos al principio, todos estos casos no fueron más que ejemplos concretos de una realidad que rápidamente se está viendo alterada. De estas 3 historias pudimos aprender valiosas lecciones como gamers:
1°) Que si nos movemos y actuamos, si ponemos el dinero sobre la mesa, podemos demostrarle a todas las compañías que en todo el mundo existe un mercado (por más nicho que sea) para cualquier tipo de juego.
2°) Que acabamos de ganar una oportunidad muy valiosa: la posibilidad de hacer posibles todos esos juegos que queríamos volver a ver y las grandes distribuidoras no lo permitían.
3°) Que estamos pagando MUCHA guita por los juegos, y que las desarrolladoras nos deben todo su capital a nosotros. Que no pueden venir a vendernos humo y luego romper sus promesas porque hoy en día, gracias a internet, tenemos todas las herramientas que necesitamos para hacer que se les acabe la fiesta de un segundo a otro. Y si realmente quieren ganarse el aprecio de los fans, van a tener que laburar. Y mucho.